Tres de cada cuatro jóvenes españoles de entre 18 y 42 años tienen la opinión de que la crisis climática es una realidad y que está causada por las acciones humanas. Sin embargo, según un estudio encargado por la ONG Manos Unidas a la consultora GfK, el 40% de estos jóvenes no ven ninguna conexión entre el cambio climático y la pobreza en el mundo. Estas son algunas de las conclusiones presentadas este martes como parte de la campaña anual de la organización contra el hambre, que ya cuenta con 65 ediciones.
El estudio, basado en más de 1.000 encuestas, revela que los jóvenes reconocen la importancia del cambio climático como problema, pero muestran mayor preocupación por el aumento de los precios de la energía y las materias primas, lo que afecta a su estilo de vida y consumo. A pesar de ello, no están dispuestos a elegir prendas de vestir más duraderas debido a su mayor costo. Según Marco Gordillo, coordinador de campañas de la ONG, “los jóvenes no son conscientes de cómo esto afecta a la justicia climática”.
En cuanto a la relación entre desarrollo económico y pobreza, los jóvenes españoles reconocen que los países más ricos se benefician a expensas de los más pobres, pero no relacionan estos cambios con la contribución de los países desarrollados y su estilo de vida al aumento de la pobreza y la desigualdad.
Según la percepción de los jóvenes, Estados Unidos, Canadá y China son los principales responsables de la crisis climática, seguidos por Europa, mientras que el continente africano es el más afectado por sus consecuencias. Sin embargo, Asia y Latinoamérica quedan en gran medida ignoradas en sus respuestas. Además, las mujeres muestran una mayor conciencia sobre la crisis climática y más empatía con los afectados.
Otro dato relevante es que solo uno de cada diez jóvenes españoles entre 18 y 42 años tiene un buen conocimiento sobre el tema de la justicia climática. Sin embargo, tras recibir una explicación sobre el significado del término, la mitad de los jóvenes encuestados expresan una mayor preocupación que sus amigos y familiares. Esto sugiere que la justicia climática no es un tema común de conversación ni de preocupación compartida entre los jóvenes, según concluye Manos Unidas.