Reformas para desmilitarizar a la Guardia Nacional avanzan en el Congreso mexicano

Las reformas constitucionales para entregar la Guardia Nacional a los militares en México, otra controvertida propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador, avanzaron en la Cámara de Diputados el jueves, cuando el texto en su conjunto fue aprobado gracias a una mayoría de dos tercios del Congreso. partido gobernante y sus aliados.

El debate sobre los detalles de la iniciativa continuó, pero se espera que los legisladores dejen aprobada la enmienda en todos sus términos en las próximas horas, a pesar de las críticas de los partidos de oposición que votaron en contra. Luego pasa al Senado para su consideración.

El partido gobernante de Morena y sus aliados han insistido en seguir adelante con el proyecto a pesar de las críticas de la oposición y las preguntas de grupos de derechos humanos de que conduciría a una mayor militarización de la seguridad pública. Tampoco creen que vaya a solucionar el problema de la violencia en el país.

La iniciativa forma parte de un paquete de reformas constitucionales impulsadas por el gobierno de López Obrador, que finalizará el 30 de septiembre. El primero y más controvertido fue la reestructuración del Poder Judicial.

La ley actual prevé que la Guardia Nacional dejará el control del Ministerio de Seguridad y pasará a estar bajo el control del ejército. La Guardia Nacional fue establecida por el presidente en 2019 con el objetivo de combatir la creciente violencia.

El proyecto de reforma establece que las investigaciones penales estarán bajo la autoridad del Ministerio de Estado, pero la autoridad en esta materia también recaerá en la Guardia Nacional, cuyo personal será esencialmente militar con formación policial. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, más del 80% de los 130.000 miembros de la Guardia Nacional son del Ejército y la Marina.

Desde 2006, el ejército en México ha desempeñado un papel clave en brindar seguridad en las calles. A la luz de numerosos informes de violaciones de derechos humanos, organizaciones humanitarias y diversas agencias de las Naciones Unidas han pedido al gobierno que retire a los soldados de las tareas de seguridad pública.

La congresista opositora Patricia Mercado dijo en su cuenta de redes sociales que el Nacional debe tener carácter civil.

La reforma es parte de un viejo anhelo de López Obrador, quien durante varios años abogó por que la Guardia Nacional esté dirigida por el ejército, para garantizar “profesionalismo, disciplina, honestidad” y prevenir la corrupción, aseguró que sería con la policía federal canceló sucedió.

López Obrador fracasó en sus planes el año pasado, cuando la Corte Suprema de Justicia declaró inválida la iniciativa con el mismo planteamiento que aprobó la mayoría oficialista del Congreso en 2022. La Corte Suprema lo anuló y puso a la Guardia Civil bajo el control de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

A pesar del rechazo del alto tribunal y de las críticas de activistas, la oposición y organizaciones como Amnistía Internacional, López Obrador insistió en la reforma y la incluyó en un paquete de leyes que presentó al Congreso en febrero. La futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum, también apoyó esta propuesta.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México llamó este jueves al Congreso a no aprobar las reformas, pidiendo a través de su representante adjunto Jesús Peña Palacios que en lugar de “profundizar el planteamiento de la superioridad de las fuerzas armadas en las funciones de seguridad pública, la discusión reintroduce la legislación y pone en el centro la prioridad del paradigma civil en este sentido.

Entre las organizaciones humanitarias locales que han cuestionado las reformas se encuentra el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, que dijo en su X informe del miércoles que “sería un paso atrás hacia la militarización”.

El centro expresó su preocupación porque no existe un control civil externo y extraordinario sobre la actuación de uniformados en el desempeño de funciones de seguridad pública, como lo establece la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

De manera similar, el poder ejecutivo está facultado para “disponer del ejército, la marina y la fuerza aérea en apoyo de la seguridad pública”, una disposición que también ha generado preocupación entre las organizaciones de derechos humanos a medida que amplía su participación en funciones de seguridad. las fuerzas armadas de México por tiempo indefinido. Durante los seis años de gobierno de López Obrador, asumieron muchas funciones y recursos que antes eran administrados por el sector civil.

Como parte del proceso de transferencia, la iniciativa establece que la Sedena asumirá el presupuesto operativo y los recursos de la Guardia Nacional.

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