¿Por qué la gente hace trampa? Los investigadores descubren relaciones hormonales y psicológicas

lunes, 28 de octubre de 2024 – 06:08 WIB

Jacarta – El fenómeno de la infidelidad aparece a menudo en las relaciones, lo que nos hace preguntarnos por qué alguien que parece fiel puede verse tentado a traicionar a su pareja.

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Detrás de esta decisión aparentemente simple, basada en investigaciones, resulta que existen factores psicológicos y biológicos complejos que influyen en que alguien haga trampa.

Más que la atracción o la oportunidad, una determinada combinación de hormonas del cuerpo puede ser la causa fundamental del comportamiento infiel.

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Investigación realizada en Revista de Psicología Experimental: Generalnuevos conocimientos sobre cómo las hormonas pueden desempeñar un papel importante en el comportamiento humano.

Según esta investigación, la hormona reproductiva testosterona y la hormona del estrés cortisol pueden desempeñar un papel importante en el comportamiento humano, incluida la decisión de hacer trampa.

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Cuando los niveles de testosterona aumentan, una persona puede sentir la necesidad de buscar satisfacción y reconocimiento, con riesgos que a menudo se pasan por alto.

Por otro lado, un nivel alto de cortisol debido a un estrés prolongado puede hacer que una persona sea más vulnerable a buscar un escape o una “salida” del estrés emocional.

Esta combinación de hormonas crea un estado en el que una persona no sólo se siente envalentonada para hacer trampa, sino que está justificada para hacerlo.

Robert Josephs, profesor de psicología de la Universidad de Texas, afirmó en el “India Times”: “Investigaciones recientes han demostrado cuán poderosa y extendida es la influencia del sistema endocrino en el comportamiento humano”.

Además, el aumento de testosterona reduce el miedo a las consecuencias negativas y mejora la atención a las recompensas. Las personas con estos niveles hormonales tienden a buscar satisfacción.

Mientras tanto, el cortisol los empuja a situaciones que pueden aliviar el estrés, aunque sea temporalmente. Esta es la razón por la que aquellos que están bajo demasiada presión o estrés, combinados con fuertes impulsos hormonales, a menudo se ven tentados a sobrepasar sus límites.

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Esta combinación de hormonas crea un estado en el que una persona no sólo se siente envalentonada para hacer trampa, sino que está justificada para hacerlo.



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