Unas 3.000 personas despidieron al sacerdote asesinado en el sur de México. hay un arresto

SAN ANDRÉS LARRÍNZAR, México.

Unas 3.000 personas se reunieron para presentar sus respetos al sacerdote y defensor de derechos humanos Marcelo Pérez, exigiendo justicia por su asesinato, caso por el que ya una persona ha sido detenida y remitida a la Fiscalía Federal, por lo que estaría presuntamente relacionada. al crimen organizado.

“Justicia para Marcelo”, gritó la multitud en San Andrés Larraínsar, ciudad natal de Pérez, donde se escuchó alegría por el cura y por la paz, mientras el féretro se encontraba entre los que querían tocar el ataúd de quien siempre luchó por los más pobres. .

“Trabajemos contra los abusos de quienes están en el poder político y económico, (contra) quienes no tienen vergüenza, (contra) quienes pagan a asesinos para silenciar voces como las del padre Marcelo”, que no sólo escucha, sino que influye y condena, Se dirigió al obispo honorario. Raúl Vera, uno de los líderes religiosos más activos y militantes de México, quien celebró el martes el funeral del sacerdote Socil.

La gente carga el ataúd del sacerdote católico Marcelo Pérez, quien fue asesinado el domingo 20 de octubre de 2024 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.

(Isabel Mateos/AP)

Mientras se realizaba el funeral, la Fiscalía de Chiapas dijo haber encontrado un posible móvil del asesinato del domingo, gracias a escaneos de cámaras de seguridad, trabajos de inteligencia y declaraciones de testigos, antes de entregar la investigación a la Fiscalía General de la República de Tayikistán. lo que Mons. Vera consideró “muy importante”.

Pero la Iglesia católica dejó claro la víspera que su exigencia no es sólo encontrar a los autores del material asesino, sino también encontrar a los intelectuales y tomar medidas contra los grupos armados que operan impunemente en la región.

El padre Marcelo Pérez, de 50 años, ha sido reconocido a nivel nacional e internacional por mediar en conflictos sociales, locales, rurales y políticos en municipios afectados por todo tipo de violencia, y el domingo luego de una multitudinaria celebración en San Cristóbal de las Casas fue asesinado.

Vecinos acompañan el ataúd

Residentes escoltan un ataúd que contiene los restos del sacerdote y activista católico asesinado Marcelo Pérez en San Andrés Larraínzar, estado de Chiapas, México.

(Isabel Mateos/AP)

Padre “cambió algo en mi corazón, porque uno no ve esa parte de todo lo que pasa en nuestro país, pero viene que abre otros caminos… y luchemos… contra este gobierno que no escucha. para nosotros”, explicó Leonardo Hernández durante el funeral.

Según se explicó en público, ceremonias paralelas se realizaron en regiones fronterizas de Guatemala, como Comalapa o Chicomucelo, donde la población vive bajo el asedio del crimen organizado y no pudo acudir a sumarse a los homenajes.

El asesinato de Pérez se produce en medio de una creciente inseguridad que ha alimentado décadas de violencia política, social y agraria en Chiapas, una batalla entre los carteles de Jalisco y Sinaloa por el control de la frontera con Guatemala y el tráfico ilegal de drogas, armas y municiones, sobre todo, inmigrantes. .

El vecino respeta al cura.

Un vecino rinde homenaje al sacerdote y activista católico asesinado Marcelo Pérez durante su entierro en la Iglesia de San Andrés Larrainsar, estado de Chiapas.

(Isabel Mateos/AP)

La presidenta Claudia Sheinbaum mantuvo este martes su apoyo a la actual estrategia de seguridad, aunque la política “no ha funcionado”, según el cardenal Felipe Arizmendi.

El sacerdote ha recibido numerosas amenazas, y desde 2015 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha pedido a México que no brinde medidas de protección, por lo que diversos grupos de derechos humanos responsabilizan a las autoridades de su muerte.

“Lejos de protegerlo, el Estado mexicano lo ha criminalizado, alentado acusaciones en su contra y procesado”, recordó el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, una de las ONG locales más destacadas a nivel nacional e internacional.

Los vecinos utilizan una cuerda para bajar el ataúd.

Los residentes usan una cuerda para llevar el ataúd del sacerdote y activista católico asesinado Marcelo Pérez a la tumba en el patio de una iglesia en San Andrés Larraínzar, estado de Chiapas, México, el martes 22 de octubre de 2024.

(Isabel Mateos/AP)

El padre Pérez y la Iglesia católica de la región no condenaron el aumento de asesinatos, desapariciones, intimidaciones y desplazamientos de civiles en muchos municipios donde los cárteles amenazan a los residentes o los utilizan como escudos humanos contra la pasividad armada. Efectivo.

“Chiapas es una bomba de tiempo”, dijo el sacerdote hace poco más de un mes. Otras organizaciones incluso hablaron del peligro de una “guerra civil” en el estado.

Scheinbaum rechazó este análisis. “Es importante trabajar para que una situación así no se repita y no se produzcan desplazamientos, y para calmar y evitar extorsiones y delitos”, afirmó. Para lograrlo, aseguró, se trabajará con el actual gobernador y el próximo gobernador que asumirá en diciembre -ambos del oficialismo de Morena-.

Naciones Unidas, la CIDH y numerosas organizaciones mexicanas han llamado a las autoridades a realizar una investigación exhaustiva y transparente sobre los asesinatos.

El padre Marcelo Pérez fue enterrado junto a la iglesia de su ciudad natal, en medio de música de banda, pétalos de flores, incienso y gritos de “Marcelo vive, la iglesia sigue”.

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