MONTEVIDEO— El candidato Yamandú Orsi ganó la segunda vuelta presidencial de Uruguay el domingo, devolviendo al poder el bloque izquierdista Frente Amplio que gobernó el país de 2005 a 2020 bajo la promesa de una izquierda “moderna” y “renovada”. .
En su primer discurso desde que se anunciaron los resultados electorales, Orsi subió al escenario de su centro de campaña y, entre fuegos artificiales y vítores, agradeció “a todos los que han hecho esta campaña, en la que hemos conseguido nada menos que la victoria”.
El abanderado del Frente Amplio afirmó que “el país de la libertad, la igualdad y la fraternidad volverá a ganar” y rindió homenaje a su rival de la coalición oficialista, Álvaro Delgado.
Con más del 99% de los votos escrutados, Orsi obtuvo el 49,8% frente al 45,9% de Delgado en unas elecciones con casi el 90% de los electores, según datos preliminares del Tribunal Electoral.
El opositor admitió a Associated Press que la reñida carrera electoral le dio mariposas “en el estómago, en la cabeza y todo”, pero inmediatamente comenzará a trabajar para formar su gobierno, que comenzará el 1 de marzo de 2025.
“Es una sensación extraña que creo que llevará tiempo superar. Son cosas que uno espera, pero tampoco estás tan seguro”, dijo a la AP desde el interior de un hotel donde esperaba los resultados de las elecciones. “A partir de mañana haremos mucho, hay mucho trabajo”, concluyó.
Tras su discurso ante la multitud, Orsi ingresó al hotel NH Columbia, rodeado de amigos, colegas políticos y allegados, con quienes compartió momentos de relajación y celebración entre sonrisas, abrazos y fotografías.
La victoria de Orsi convirtió al pequeño país sudamericano en el último país en respaldar a un partido gobernante en este histórico año electoral, en el que los votantes frustrados por la situación económica han castigado a los partidos gobernantes en todo el mundo, desde Estados Unidos y Gran Bretaña hasta Corea del Sur y Japón. . .
“Entendamos que hay otra parte de nuestro pueblo que hoy tiene un sentimiento diferente. Estas personas también deberían ayudar a construir un país mejor. Nosotros también los necesitamos”, añadió Orsi en su discurso.
En ese contexto, aseguró que “a partir de mañana” comenzará a trabajar para implementar un gobierno que persiga la unidad nacional.
“Seré un presidente que llame nuevamente al diálogo nacional y a construir una sociedad y un país más integrados”, afirmó. “Si ponemos muros a las ideas, no hay futuro”.
No hace mucho, el presidente extremista Louis Lacalle felicitó a Pou Orsi por su victoria, mientras Delgado admitía la derrota, exclamando en su centro de campaña que “con tristeza, pero sin culpa, podemos felicitar al vencedor”.
“Hoy es la victoria de los luchadores del pueblo, hay personas que están por debajo del umbral de pobreza y necesitamos invertir en atención sanitaria, política social y educación. La gente se lo merece”, dijo la maestra Karina Rodríguez a la AP.
Delgado, por su parte, siguió el conteo en la sede del Partido Nacional en la capital uruguaya, donde hubo silencio tras el cierre de las primeras cuatro urnas privadas.
“Hoy el pueblo, los uruguayos, decidió quién ocupará la presidencia de la república, y quiero enviar desde aquí… un fuerte abrazo y saludos a Yamandu Orsi y al Frente Amplio”, dijo Delgado. “Con tristeza, pero sin complejos, vengo a felicitar a quien ganó”.
Alrededor de 2,7 millones de uruguayos fueron invitados a votar en esta elección, que estuvo marcada por la moderación de las propuestas y la tranquilidad de la política de Uruguay, considerado uno de los países más democráticos y fuertes de América Latina.
En la primera vuelta celebrada el 27 de octubre, el Frente Amplio de Orsi obtuvo el 44% de los votos frente al 26,8% de Delgado.
Según el Tribunal Electoral, la jornada “transcurrió de forma pacífica y sin incidentes graves”.
Orsi, de 57 años y sucesor histórico de José “Pepe” Mujica, ha confiado en el poder del Frente Amplio para devolver el poder a la izquierda tras cinco años sin poder. Delgado, a su vez, apeló a la buena reputación de Lacalle Pou y convenció a los electores de la permanencia de la gestión. El candidato era el secretario del presidium.
Con 20 años de experiencia política, Orsi enfatizó la promesa de un gobierno con una izquierda renovada, centrada en la redistribución de los ingresos para impulsar el crecimiento económico. Del mismo modo, propuso reactivar las actividades importantes del país, como la agricultura, la industria, el turismo y el pequeño comercio, además de adoptar un discurso más orientado al mercado.
“Él es mi candidato, no sólo para mí, sino para mis hijos, que tendrán mejores condiciones de trabajo, de salud y de salario en el futuro”, afirma la enfermera Yeni Varone, que aprovechó su descanso hospitalario. para grabar tu voz.
Delgado, un veterano de 55 años con una larga trayectoria en el Partido Nacional, intentó restar importancia a su cercanía con el presidente derrocado, insistiendo en ser el rostro de la “continuidad”. Abogó por una mayor apertura económica en el país y, al igual que su oponente, abogó por el crecimiento tras la reducción de la pandemia de COVID-19 y la sequía histórica, pero a través de reformas para lograr un Estado “más eficiente”.
A diferencia de años anteriores, esta campaña se desarrolló con una inusual indiferencia de los votantes. En la etapa final de la carrera, ambos candidatos contaron con un fuerte apoyo. Tanto Mujica como Lacalle Pou tuvieron un papel protagónico a favor de sus dioses políticos.
Mujica, de 89 años y recuperándose de un cáncer de colon, elogió la estabilidad del proceso electoral de Uruguay tras la votación y destacó la importancia de preservarlo para las generaciones futuras.
“Uruguay es un país pequeño, pero se le reconoce por ser estable y por tener una ciudadanía que respeta las formalidades institucionales. No hay nada pequeño en nuestra América Latina pobre y rota”, dijo a los periodistas. y producir.”