La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció este lunes que planea lanzar un concurso nacional de música regional para incentivar nuevos contenidos alejados de la violencia y el narcotráfico, combatiendo así los populares llamados “narcocorridos” en México.
Al igual que otros funcionarios del país, Sheinbaum ha desestimado los narcocorridos que han sido populares en México durante décadas, diciendo que planea promover la banda y el concurso taurino el próximo año para darle al género musical regional “una dimensión diferente”. en letras” y “otros comportamientos y acciones, visión cultural”.
El presidente negó que su iniciativa tuviera como objetivo prohibir los narcocorridos, que abordan temas relacionados con la violencia y el narcotráfico, y dijo en su conferencia matutina que “la prohibición no es una opción, porque no es de lo que estamos hablando; “Se trata de promover una visión diferente”.
Esta no es la primera vez que las autoridades mexicanas intentan enfrentar la llamada “cultura de la droga”. El año pasado, el ayuntamiento de Tijuana, en el estado norteño de Baja California, aprobó una ordenanza para prohibir los “narcocorridos” en manifestaciones públicas.
Esta decisión se tomó poco después de que los conciertos del famoso cantante Peso Pluma y la banda Fuerza Regida fueran prohibidos en esta localidad fronteriza, tras descubrirse mensajes con posibles amenazas de un cartel contra los músicos. La alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, criticó públicamente a los artistas, asegurando que “claramente están cantando para un grupo criminal” y pidió una investigación a sus promotores musicales.
El año pasado, una medida similar tomó la ciudad de Chihuahua, en el norte del país, que prohibió conciertos o actividades en las que se puedan escuchar los géneros musicales reguetón o “narcocorridos”. Incluso multó al famoso torero Natanael Cano por no seguir las normas.
El origen de las corridas de toros en México se remonta al siglo XIX y se popularizaron durante la Revolución Mexicana (1910-1917), cuando se utilizaban textos para describir batallas y líderes. Con el tiempo, surgieron nuevos estilos y nuevas generaciones de cantantes de corrido, muchos vestidos como raperos, evolucionaron el género mezclando baladas con melodías electrónicas para crear los llamados “corridos tumbados”.
Refiriéndose al viejo debate en México sobre los “narcocorridos”, Marco Antonio Gordoa Obeso, secretario único del gremio de músicos de la noroccidental ciudad de Mazatlán, dijo que los músicos interpretan estas canciones porque “la gente se lo pide”.
“No soy de quitarle el gusto humano”, dijo Gordoa Obeso a The Associated Press mientras liberaba a los músicos de la controversia.
El titular del gremio respaldó la propuesta de Sheinbaum, garantizando que puede ayudar a “incrementar la cultura musical de la sociedad”. “Estoy totalmente a favor de que las cosas sean buenas y hermosas”, añadió.