No olvides a tus mascotas: los altares del Día de Muertos en México también honran a los animales

A medida que se acerca la celebración del Día de Muertos, la mexicana Meztli Lizaola no puede evitar recordar a su querida mascota y amigo Taco, un chihuahua de pelaje marrón y una mirada entrañable que cautivaba a todos los que se cruzaban con él.

En un mueble de madera instalado en un rincón de su pequeña sala, Lizaola conmemora a Taco, fallecido hace dos años, con un altar que también contiene las cenizas del perro y fotografías de él. Junto a ellos coloca fotografías de su padre, además de calaveras, amentos, velas, azahar y pan de muerto de plástico.

Una lápida muestra la tumba de la perra Perla con un epitafio sobre el amor que le tenían en un cementerio de animales en la Ciudad de México, el martes 29 de octubre de 2024.

(Fernando Llano/AP)

El diseñador gráfico de 35 años admitió entre risas que a pesar de que Taco era un gran comelón, no dejaba de ofrecer comida aparte de las croquetas para comer algunos platos típicos mexicanos como pan de concha, tacos carnitas y quesadillas. en su altar para que uno de sus otros cuatro perros se los coma.

Los altares para celebrar el Día de Muertos, celebrado el 1 y 2 de noviembre, son parte de una profunda tradición entre los mexicanos que combina elementos de la cultura prehispánica, la época colonial y la historia reciente. Entre los nuevos hábitos también se ha extendido el respeto a las mascotas.

En México, el Día de Muertos se considera una celebración de la memoria y un ritual que enfatiza la memoria sobre el olvido. Según la mitología indígena, ese día transitan los espíritus para regresar con los muertos y vivir con sus familiares para compartir los alimentos que se les ofrece en los altares.

un hombre esta tomando fotos

Un hombre posa con su perro a su lado en un altar del Día de Muertos en honor a las mascotas que ya murieron, en la Ciudad de México, el domingo 27 de octubre de 2024.

(Fabiola Sánchez/AP)

Durante décadas, los mexicanos han dedicado altares, generalmente instalados en hogares y oficinas, a sus familiares, amigos y colegas fallecidos, pero en los últimos años la tradición se ha ampliado para incluir monumentos a los animales que los acompañaron en vida.

La fuerza que ha cobrado esta nueva práctica es que el país reconoce cada año el 27 de octubre como el Día de Muertos para las mascotas, e incluso el Instituto Nacional de Antropología e Historia ya muestra en sus redes sociales cómo decorar altares para las víctimas, explica. ellos

Un hombre sostiene a su perro arriba

Un hombre sostiene a su perro sobre un dinosaurio que respira durante un concurso de disfraces de mascotas como parte de las celebraciones del Día de Muertos en la Ciudad de México.

(Fabiola Sánchez/AP)

El etnólogo mexicano Juan Pablo García Uriostegui afirmó que las ofrendas a perros, gatos y otros animales domésticos han aumentado y se han vuelto más visibles en los últimos tres años, especialmente en las ciudades mexicanas.

“Estamos viviendo un cambio en la tradición. Es muy rápido y muy rápido”, dijo García Uriostegui a Associated Press. Y atribuyó estos cambios a las dinámicas sociales, especialmente en las últimas generaciones. Día a día, ya no es difícil ver mascotas viajando en avión con sus cuidadores, para ir a bares y restaurantes e incluso acudir a recibir tratamiento.

Varios concursantes asisten al concurso de disfraces

Varios participantes llegan a un concurso de disfraces de mascotas como parte de la celebración del Día de Muertos, en la Ciudad de México, el domingo 27 de octubre de 2024.

(Fabiola Sánchez/AP)

Un investigador del Museo Nacional de Antropología explicó que las nuevas generaciones tienen una conciencia diferente sobre las mascotas, especialmente los gatos y los perros, a los que consideran parte de la familia. “Ahí es donde surgen estas experiencias en torno a la muerte”, señala. “Ya no son como un compañero… Son seres vivos a los que hay que pagarles ciertos recuerdos, ciertos recuerdos”.

Taco fue rescatado de una familia que lo abandonó y lo mantuvo enfermo. Lizaola cuidó al perro cuando sólo tenía dos años y lo convirtió en un compañero inseparable durante unos quince años. Hasta que murió de viejo.

Aún impresionado por su ausencia, y luego de lucir un tatuaje del rostro de Taco en su brazo derecho, el diseñador gráfico admitió que Taco cambió su vida y la de su compañero Víctor Sorchaga.

“Hay como un antes y un después en mi vida”, afirmó. Chihuahua la animó a ella y a su pareja a participar activamente en la causa de los animales abandonados y apoyar a los grupos locales que los rescatan de las calles.

Pero de ahí a llevar la imagen de Taco al altar fue un proceso. Al principio, notó cierta resistencia en su familia, porque esta tradición se conserva desde hace décadas, de acuerdo con la fe católica, para recordar a los familiares fallecidos. Gradualmente, a medida que más y más perros morían en sus hogares, “hicimos el cambio de que ‘estos perros son más que personas’.

Sorchaga, especialista en marketing digital de 30 años, cree que en un país predominantemente católico como México, algunos se oponen a celebrar a los animales el Día de Muertos, diciendo que “no tienen alma”. Pero él cree lo contrario. “Estamos convencidos de que los animales tienen un alma hermosa y una capacidad de amar aún mayor que los humanos”.

Fuente