Fabbi Tumiwa, director ejecutivo del Instituto para la Reforma de los Servicios Esenciales (IESR), un grupo de expertos indonesio, dijo que retirar las plantas de carbón es financieramente viable, pero sólo si se prioriza el desarrollo de energías renovables.
“El desafío es que necesitamos desarrollar infraestructuras de energía renovable inmediatamente antes de que estas plantas de carbón sean retiradas, porque todavía necesitamos electricidad para funcionar”, afirmó.
Dinita Setyavati, analista senior de políticas energéticas para el Sudeste Asiático de Ember Energy, pidió mecanismos de financiación innovadores e incentivos más atractivos para apoyar la eliminación gradual del carbón.
“La implementación o expansión de mecanismos de fijación de precios del carbono, como impuestos al carbono o esquemas de comercio de emisiones, podría generar ingresos para financiar el retiro del carbón”, dijo. Destacó los desafíos de acceder a financiamiento internacional y la limitada experiencia en el financiamiento de proyectos locales de energía renovable.
“El gobierno puede abordar estas barreras organizando programas de capacitación, talleres y sesiones de divulgación para atraer a más actores locales a participar en los mercados en desaparición de energía renovable y carbón”, dijo.
Fabbi también destacó los beneficios económicos a largo plazo del desmantelamiento de las centrales eléctricas alimentadas con carbón y explicó que los ahorros podrían ser sustanciales. 18,7 mil millones de dólares para 2045además de reducir los costos sanitarios asociados al carbón. “Sí, la energía renovable tendrá un costo inicial, pero es una buena inversión de interés nacional y tenemos que abordarla desde esa perspectiva”, afirmó.
Transición a las energías renovables
Durante la COP29 en Bakú, Azerbaiyán, el enviado especial de Indonesia para el cambio climático, Hashim Jojohadikusumo, anunció que el país planea 75 GW capacidad de energía renovable hasta 2040.
Hashim estimó que esta transición requeriría una inversión total de 235 mil millones de dólares, centrándose en el desarrollo de proyectos de energía hidroeléctrica, geotérmica, solar, eólica y nuclear. Indonesia se ha fijado un objetivo 23 por ciento su combinación energética a partir de fuentes renovables para 2025. Sin embargo, MEMR informó que el país ya está por debajo del objetivo provisional del 19,5 por ciento para 2024. referido a obstáculos regulatorios y financieros como principales factores.
Los países vecinos se han fijado objetivos de energía renovable mucho más altos. Por ejemplo, Filipinas se ha comprometido a aumentar la proporción de energía renovable en su combinación eléctrica. 35 por ciento para 2030 y 50 por ciento para 2040. Actualmente, Vietnam tiene como objetivo 30 por ciento a 39 por ciento hasta 2030.
Análisis reciente de Ámbar Sugiere que Indonesia puede adoptar una estrategia más eficiente energéticamente agregando 8 GW de energía renovable anualmente y reduciendo la generación de energía a carbón en 3 GW anualmente para 2040.
Dado que se espera que la demanda de electricidad crezca alrededor del 5 por ciento en los próximos años, el informe muestra que Indonesia puede satisfacer los 806 TWh de demanda de electricidad proyectados para 2040, siempre que la proporción de energía renovable alcance el 65 por ciento. Según este escenario, la energía solar representará el 20%, la eólica el 11% y otras fuentes renovables como la nuclear, la geotermia, la bioenergía y la hidroelectricidad el 34%.
Dinita destacó que lograr este objetivo es posible, pero requiere priorizar las medidas adecuadas. Entre ellos, sugirió acelerar el desarrollo de las energías renovables, asegurar la inversión en infraestructura como redes y almacenamiento de energía, y mejorar los procesos de planificación para agilizar la integración de las energías renovables.
“Permitir que PLN proyecte con precisión la demanda y la oferta mediante el desarrollo y la promoción de proyectos renovables factibles aumentará la probabilidad de éxito”, dijo Dinita.
La agencia de noticias Trend Asia Novita añade que el cierre de las centrales de carbón también plantea preocupaciones sociales que es necesario abordar. “No podemos simplemente cerrar las centrales eléctricas alimentadas con carbón y marcharnos. Los impactos sobre los trabajadores, el medio ambiente y su recuperación, y sobre las comunidades también deben gestionarse cuidadosamente”, afirmó.
CELIOS y Yayasan Cerah, dos organizaciones no gubernamentales centradas en la energía, publicaron juntas leer en 2023, examinando el impacto social y económico de la jubilación anticipada del carbón. El estudio encontró que el cierre de las plantas de Sirebon, Pelabuhan Ratu y Suralaya daría lugar a al menos 14.000 puestos de trabajo y una pérdida total de ingresos de 3,96 billones de IDR (243 millones de dólares).
Sin embargo, si el cierre de las centrales de carbón fuera acompañado del desarrollo de las energías renovables, podría crear 639.269 nuevos puestos de trabajo y aumentar los ingresos en 82,6 billones de IDR (5.000 millones de dólares).
Si bien la promesa de Indonesia de eliminar gradualmente el carbón para 2040 representa un cambio político importante, su viabilidad depende de la superación de serios desafíos financieros, infraestructurales y sociales.
Los expertos subrayan que sin una planificación cuidadosa, una financiación innovadora y un fuerte apoyo internacional, el período de transición corre el riesgo de estancarse. Con la creciente demanda de electricidad y los crecientes costos sanitarios y económicos del carbón, las audaces promesas de la administración Prabowo son al mismo tiempo un desafío inmediato y una oportunidad para el futuro energético sostenible de Indonesia.
Este artículo fue publicado originalmente. Diálogo de la Tierra bajo una licencia Creative Commons.