BERLÍN – El Union Berlin ha recurrido la decisión del tribunal deportivo de la Federación Alemana de Fútbol, que concedió al Bochum una victoria por 2-0 sobre el Bochum en un partido de la Bundesliga el pasado mes de diciembre.
“Es lamentable que en conciertos o eventos deportivos la gente arroje repetidamente objetos al escenario, en espacios cerrados o en el campo. “Desafortunadamente, un organizador de eventos no puede hacer nada para evitarlo”, afirmó el presidente del sindicato, Dirk Zingler.
El dirigente respondió así al veredicto del tribunal deportivo, que en el partido del 14 de diciembre dio a Bochum una victoria sobre Union en lugar de un empate 1:1.
En el tiempo añadido al final del partido, el portero del Bochum, Patrick Drewes, fue golpeado por un objeto lanzado por la multitud. El árbitro Martin Petersen detuvo el juego y expulsó a ambos equipos del campo después de sentarse y recibir tratamiento médico.
Bochum no quiso reiniciar el partido, pero se reanudó casi media hora más tarde, cuando el delantero Philipp Hofmann sustituyó a Drews faltando tres minutos para el final. Ambos equipos acordaron no intentar gol, lo que también fue considerado una anomalía por el tribunal.
“Estos acuerdos van en contra de los principios básicos de la competición deportiva”, afirmó el presidente del tribunal, Stefan Oberholz.
Oberholz afirmó que el sindicato era responsable del “debilitamiento del equipo de Bochum”, ya que el objeto fue lanzado por un seguidor del sindicato.
Zingler piensa diferente.
“Hoy se ha producido un verdadero incidente antideportivo en el campo y en la cancha”, afirmó Zingler, sugiriendo que Bochum había exagerado el incidente.
“Si hay prejuicio o debilidad hacia una de las partes, si se debe anular o continuar, esa siempre debe ser decisión exclusiva del juez”, dijo Zingler. “Si la parte beneficiaria puede declararse débil, ya no necesitamos árbitros imparciales y la puerta está abierta al fraude e incluso a las malas prácticas. “Los partidos pobres nunca podrán demostrar lo contrario”.
___
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de un generador de inteligencia artificial.