“Esto no es un adiós, es una nueva etapa”. Como esto Arturo Zanettiquien es uno de los nombres más importantes de la gimnasia artística a nivel mundial, anunció el fin de su carrera como deportista. A los 34 años, tras 27 años dedicados a la gimnasia campeón olímpico das argolas decidió que era hora de dar un paso atrás y poner fin a su andadura en las carreras. La decisión la compartió con su afición y con Brasil a través de una carta abierta y su participación en el programa “Esporte Espetacular”, el domingo 11.
A los ojos del público, “El Señor de los Anillos” siempre ha sido sinónimo de ganar. Entre sus logros simbólicos se encuentran el oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y la plata en Río 2016, ambos conseguidos a base de trabajo y dedicación. Sin embargo, la rutina de lesiones y desgaste físico llegó a su límite.
“Ha llegado el punto final en mi carrera como deportista. Para mí continuaré mucho más tiempo, pero hay que tener buena mente y cuerpo”, explicó Zanetti al hablar de su decisión.
A pesar de su retirada como competidor, Arthur Zanetti ya planea contribuir a la gimnasia de otra manera. A continuación, el gimnasio de San Caetano do Sul, donde el deportista entrenó desde pequeño, será el escenario de su nueva andadura, ahora como entrenador. Ella afirmó: “Estoy muy asustada, pero también muy emocionada y feliz por la oportunidad de empezar a enseñar. Será algo nuevo para mí”.
Zanetti destacó que el cuerpo, a pesar de su fuerza, ya no responde de la misma manera. “Ya hice todo lo que tenía que hacer. Ahora toca mirar hacia adelante”, afirmó el deportista, al reconocer que el proceso de retiro es también un acto de respeto a su salud.
Carta abierta de Arthur Zanetti
“Fueron 27 años de mi vida. Hoy, a los 34 años, todavía me siento como el niño que se enamoró de la gimnasia a los 7 años en el SERC Santa Maria, en São Caetano do Sul.
Aquel niño de San Caetano do Sul nunca hubiera imaginado lo que estaba por suceder. Casi tres décadas estuvieron dedicadas a entrenamientos, competiciones y viajes. Aprendí desde muy joven a tener equilibrio en todos estos. Crecí y llegué a un escenario que ese niño ni siquiera tenía herramientas para imaginar. Pero sólo pude, con el apoyo de mucha gente, hacer una demostración perfecta de mi dispositivo narrativo, los anillos. Este empujón antes del inicio de cada serie lo dan muchos entrenadores que han pasado por mi camino. La seguridad de hacer un movimiento es estar ahí con alguien que me explique que si me caigo, habrá alguien que me levantará, me levantará y me pondrá en marcha de nuevo. Así ha sido mi familia y mis entrenadores a lo largo de mi carrera, sobre todo al final, cuando el cuerpo encuentra sus límites.
Es difícil decir adiós. Pero conquistar lugares que nunca había alcanzado en el deporte brasileño me hace sentir orgulloso de mí mismo, aunque signifique renunciar a muchas otras cosas durante este período. Es gratificante saber que de alguna manera he podido contribuir para que las nuevas generaciones puedan imaginar lo que yo en mi época no pude imaginar por la falta de un espejo. Podemos ser medallistas y campeones olímpicos, campeones y campeones del mundo dentro y fuera del deporte. Y este es mi siguiente paso.
Ha sido un año duro, no se puede negar. Una nueva lesión destruyó todas las posibilidades de soñar con una tercera medalla olímpica. La decepción fue grande y la llevo conmigo. La fuerza que tengo cada vez que subo a los rings no puede ocultar mi vulnerabilidad como ser humano. En los últimos tres años de mi carrera han sido cinco cirugías las que me han quitado la pasión, y la que más me dolió nunca fue el dolor físico.
Decidir hoy poner fin a mi vida como deportista no es un acto de rendición, sino un homenaje al deporte que amo, a mi cuerpo, a mi salud y a todos los que me han apoyado en mi camino. Espero que todos puedan compartir esta idea conmigo. Todavía no sé qué me depara el futuro, pero me estoy acercando a la gimnasia. Tengo proyectos que me mantienen aquí, cerca del deporte.
Afortunadamente, tengo una hermosa familia. Jessica y Liam son mi todo y los disfrutaré más. No hay palabras para describir la alegría de estar a mi lado y la capacidad de contárselo a mi familia. Ver a mi pequeño gigante repetir algunos de mis movimientos, incluso en tono de broma, es una sensación que no me gusta. A mis padres, Roseanne Nabarrett Zanetti y Archimedes Zanetti, sin ustedes no sería nada. Amor no correspondido que me ha sostenido en muchos momentos de mi vida. Mi hermano mayor, Víctor Nabarret Zanetti, quien me acogió desde pequeño, un verdadero modelo a seguir que estoy orgulloso de seguir. Y por supuesto, mi abuela, Neide Tomazzo. ¿Qué haríamos sin el amor de nuestra abuela? Al principio de todo esto, ustedes eran quienes me llevaban a entrenar, me acompañaban a las competencias y también me ganaban. Si el amor tuviera una forma, seguramente se reflejaría en el amor de la abuela.
Hay tanta gente a quien agradecer en este momento que temo ser deshonesto al mencionar sus nombres y olvidarme de alguien. Pero no puedo dejar de hablar de Marcos Goto. Estuvo conmigo durante muchos años, especialmente durante el mayor logro de mi carrera, el oro olímpico en Londres 2012. Primer oro para un latinoamericano en cualquier categoría de gimnasia. Grabado para siempre como campeón olímpico. Muchas gracias Marcos. Eres el símbolo de este logro.
Otro que no puedo olvidar en este momento es mi manager y gran amigo Marcel Camilo. El viaje será más difícil sin ti. Compartiremos muchos más en el futuro, Marcel y yo no podríamos estar más agradecidos.
27 años de mi vida los dediqué a ti, la gimnasia. Y así será durante otros doce años. Puedes contar conmigo.”