Dani Olmo celebra con entusiasmo la victoria de la Supercopa de España del Barcelona, con Fermín López, Lamine Yamal, Erik García y Pau Víctor detrás de él señalándose las muñecas con el dedo índice para pedir la hora: la celebración del gol de Olmo.
Luego, Yamal empujó a Alma hacia los fotógrafos para que pudiera tener su momento, sonriendo a medias y haciendo el gesto de celebración que compartió con el jugador de la NBA Damian Lillard, antes de alcanzar el escudo de su camiseta zdi, besarlo y dos dedos se convirtieron en un símbolo de. quedarse.
El mensaje fue claro: Olmo se quedará en “Barcelona”. Después, su compañero de drama Pau Víctor la buscó y se abrazaron. Una victoria por 5-2 sobre el Real Madrid en la Supercopa de España y, lo que es más importante, su futuro en el club parece seguro.
Olmo y Víctor viajaron a Arabia Saudí hace casi una semana sin saber si podrían jugar o si tendrían que abandonar el club y regresar a Europa. Viajaron sin registrarse, su última esperanza era una decisión del CSD (Consejo Superior de Deportes) que no les obligara a quedarse en el Barça y buscar otro equipo.
La no inscripción de los dos jugadores conmocionó a la dirección del club catalán, especialmente a Joan Laporta. Pero finalmente, el día que los de Hansi Flick jugaron contra el Athletic Club en semifinales, se anunció que el CSD había tomado medidas cautelares que permitían a ambos continuar en Barcelona.
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En medio de todo el caos, Barcelona jugó tres veces y Flick logró crear un oasis de calma en el campo que mantuvo el ruido exterior alejado del deporte. El Barcelona logró cómodas victorias contra la UD Barbastro y el Atlético de Madrid en la Copa del Rey, pero la final contra el Real Madrid del domingo estaba en duda.
Si bien el Clásico anterior en octubre fue una de las mejores actuaciones de la temporada de Flick, venciendo a los hombres de Carlo Ancelotti por 4-0, marcó el comienzo de una racha de mala suerte en La Liga. Pero la Navidad ha llegado en un momento oportuno para el equipo y parece que han recuperado fuerzas, según ha podido comprobar el Real Madrid.
Era la primera vez que el Barcelona marcaba al menos cuatro goles en partidos consecutivos contra sus archirrivales y quedó claro desde el principio que esta sería la obra maestra de Flick como entrenador del Barcelona. El equipo entendió lo que buscaba el alemán y lo aplicó a la perfección.
El partido no empezó bien, Kylian Mbappé abrió el marcador en el minuto cinco en un contraataque. Pero eso no molestó al Barcelona, que marcó un gol de Yamal para recordar a Lionel Messi en su mejor momento.
Robert Lewandowski siguió con un penalti, luego Rafinha y Alejandro Balde hicieron el 4-1 en el descanso. Rafinha volvió a marcar en la segunda parte para dejar atónitos al equipo de Ancelotti. Wojciech Szczesny, que marcó por delante de Iñaki Peña en la semifinal contra el Atlético, recibió la tarjeta roja, pero el Barcelona no sufrió. Rodrigo marcó un gol de falta, pero el Madrid no pudo sacarse de encima la lesión en los primeros 50 minutos.
A la edad de 17 años, Yamal ya se ha convertido en un jugador que con tales actuaciones puede competir por el “Balón de Oro”. Algunos en el Barcelona se preguntan si es mejor que Messi a esa edad.
Pero la victoria no se debió sólo al excelente Yamal, sino también a la experiencia de Balde y Rafinha, además de Lewandowski, que dio una magnífica asistencia a Yamal para igualar el marcador 1-1. Gavi sustituyó a Olmo y también contribuyó decisivamente a la victoria desde el punto de penalti. Pedri, por su parte, mantuvo al equipo tranquilo y Mark Casado estuvo tan preciso como siempre en el protagonismo.
Las incorporaciones de Peña, que realizó dos buenas paradas en la segunda parte, y de Ronald Araujo, que volvió a neutralizar a Vinicius Junior, fueron claves en defensa, junto a Pau Cubarci. No ha pasado un año desde que debutó en el club, pero ya se ha convertido en una figura clave en el equipo.
Los elementos de las celebraciones posteriores al partido fueron surrealistas. Este equipo de Barcelona es tan joven que en lugar de los hijos de los jugadores salieron sus padres. Lo más destacado fue la aparición del padre de Pau, Robert Kubarci, que se deslizó sobre su regazo y se sumó a la alegre escena.
Flick ha traído la calma a un club en constante agitación. Apaga el fuego con un discurso lento y relajado y una tranquilidad que puede transmitir a sus jugadores. El equipo se vio afectado por la situación de Pau Víctor y Olmo, pero Flick fue el material aislante que les protegió de lo que estaba pasando.
Cuando el internacional alemán llegó al club notó un ambiente tenso provocado por varias situaciones desagradables acaecidas la temporada pasada. Se encargó de ser accesible, accesible y digno de confianza. A los jugadores del Barcelona les dijo que era sólo un trabajo y que tenían que disfrutarlo, y que el día que dejaran de disfrutarlo, sería el momento de irse. Creó una atmósfera en el vestuario donde los jugadores pueden volver a disfrutar del fútbol.
La importancia de esta victoria se explica por las lágrimas de Rafa Yuste y Joan Laporta tras el partido. Los fuegos artificiales estallaron en las calles de Barcelona el domingo por la noche. La Supercopa de España puede ser el título más pequeño de la temporada, pero vencer al Real Madrid siempre es un momento que vale la pena celebrar.
(Foto superior: NurPhoto vía Jose Breton/Pics Action/Getty Images)