La administración Biden sobre la abolición del “terrorismo” en Cuba

Después de años de debate, la administración Biden ha notificado al Congreso que eliminará a Cuba de la lista de estados estadounidenses que patrocinan el terrorismo, etiqueta que marcó a la nación insular en los últimos días de la anterior presidencia de Trump.

Funcionarios estadounidenses dijeron que la decisión del martes fue parte de un acuerdo negociado en parte por la Iglesia Católica Romana para liberar a los prisioneros políticos detenidos en Cuba.

Un alto funcionario de la administración dijo a los periodistas bajo condición de anonimato que “en este momento, no hay evidencia creíble del continuo apoyo cubano al terrorismo internacional”.

Cuba siempre ha parecido un miembro excéntrico de un club ilustre que incluía a Siria e Irán. La mayoría de los expertos y observadores de la nación liderada por los comunistas han afirmado que no ha participado en el terrorismo global en la medida en que lo han hecho otros países.

El exsecretario de Estado de Estados Unidos, Michael R. Pompeo, añadió a Cuba a la lista con pocas explicaciones en su última semana bajo el entonces presidente Trump. Estar en la lista de “Estados patrocinadores del terrorismo” es la marca más negra para cualquier país.

Muchos expertos cubanos creen que el presidente Biden, tras asumir el cargo, cancelará el nombramiento.

Después de todo, Biden se desempeñó como vicepresidente en la histórica apertura de relaciones con Cuba por parte del presidente Obama en 2015, estableciendo relaciones diplomáticas y confirmando numerosos intercambios comerciales y de viajes. Obama visitó La Habana, el primer presidente estadounidense en un siglo, y asistió a un partido de béisbol con el entonces presidente Raúl Castro.

Sin embargo, a lo largo de los años, Biden no ha avanzado en el tema de Cuba. Los defensores de mejorar las relaciones protestaron constantemente.

El Times ha preguntado repetidamente al Departamento de Estado por qué no se están tomando medidas, y le han dicho que eliminarlo de la lista es más difícil que añadir algo más a ella y requiere un mayor escrutinio.

Se desconoce si se ha llevado a cabo una inspección tan exhaustiva.

“Al tomar estas medidas para fortalecer el diálogo en curso entre el gobierno cubano y la Iglesia católica, el presidente Biden también está honrando la sabiduría y los consejos que le dieron muchos líderes mundiales, particularmente en América Latina, quienes lo alentaron a tomar estas acciones. cuál es la mejor manera de promover los derechos humanos del pueblo cubano”, dijo en un comunicado la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karin Jean-Pierre.

La Iglesia Católica Romana tiene relaciones relativamente buenas con el gobierno cubano. Funcionarios estadounidenses dijeron que el acuerdo podría conducir a la liberación de “docenas” de prisioneros políticos, muchos de los cuales han sido detenidos por delitos relativamente menores, como protestar en las calles o publicar material ofensivo para el gobierno.

Las organizaciones de derechos humanos afirman que las autoridades cubanas han encarcelado a varios centenares de personas por diversas presuntas violaciones.

La Habana acogió con reservas la medida de Biden.

“Esta es una decisión que apunta en la dirección correcta”, afirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores cubano en un comunicado.

Cuba ha exigido durante mucho tiempo el fin del embargo estadounidense, que según funcionarios de ese país está cortando alimentos, suministros, comercio y otros tipos de comercio.

Aún no se sabe cuánto durará este nuevo estatus. Trump, que asumirá nuevamente el cargo la próxima semana, eligió al senador de Florida Marco Rubio como su secretario de Estado y es probable que sea confirmado. Se espera que Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, adopte una postura de línea dura hacia Cuba y pronto intente recuperar el nombre de terrorismo.

Trump también nombró a Mauricio Claver-Carone, ex asistente del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca que también apoya duras sanciones contra Cuba, como su enviado especial para América Latina.

Numerosas empresas agrícolas estadounidenses continúan haciendo negocios con Cuba y durante mucho tiempo han presionado para aliviar las restricciones comerciales.

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