El próximo 23 de enero, las instalaciones de House of Blues en Anaheim se verán nuevamente sometidas al ataque sonoro de Metal Allegiance, un supergrupo estadounidense que ofrece conciertos de manera esporádica, pero que se ha ganado incuestionablemente un lugar de respeto -y hasta de adoración- dentro de la comunidad a la que representa.
El hecho de que la agrupación no se presente frecuentemente hace de algún modo que cada uno de sus shows sea histórico, y esa es una sensación que se verá acentuada en el que viene, donde se celebrarán oficialmente los primeros 10 años de existencia del ilustre proyecto, que, además de dedicarse a hacer ‘covers’ de lujo, ha incluido temas propios en los dos álbumes y el EP lanzados hasta el momento.
El núcleo sigue encontrándose en Mark Menghi (bajo, composición), David Ellefson (bajo), Mike Portnoy (batería) y el mismo Skolnick. Los actuales y antiguos integrantes de agrupaciones tan emblemáticas como Megadeth, Dream Theater y Testament son los únicos músicos estables del proyecto.
En vivo, el supergrupo, que requiere de muchos invitados especiales para redondear su propuesta, ha funcionado de modo particular. “No podemos tener la misma alineación todos los años, pero si tenemos gente recurrente; esta vez, por ejemplo, estaremos de nuevo con John Bush [de Armored Saint], Bobby Blitz [de Overkill], Chuck Billy [de Testament], Gary Holt [de Exodus y Slayer] y Andreas Kisser [de Sepultura]”, nos dijo Skolnick durante una reciente entrevista. “Pero también tendremos a varios que nunca han tocado con nosotros, como Brandon Ellis de Black Dahlia Murder, Angel Vivaldi y Doc Coyle [de God Forbid], que ha hecho algunos conciertos con nosotros, pero que es relativamente nuevo en el grupo”.
Entre estilos
Debido a la reputación de muchos de los participantes, es de esperar que Metal Allegiance se incline por el thrash metal, uno de los subgéneros más rápidos y agresivos de la escuela heavy; pero lo cierto es que el repertorio que presenta es muy diverso.
“Una de las mejores cosas de este grupo es que podemos tocar muchas cosas distintas, desde canciones de los ‘70 hechas por Black Sabbath hasta canciones de los 80 que no corresponden necesariamente al metal, como las de Van Halen”, retomó Skolnick. “Por supuesto, tocamos mucho rock más metalero, como el de Metallica y el de Megadeth. De hecho, en esta ocasión, Marty Friedman [ex guitarrista de Megadeth] será uno de nuestros invitados”.
La lista de canciones es variada, pero también exigente en el plano físico, lo que no deja de sorprender en vista de que casi todos los involucrados en esto son tipos mayores que vienen haciendo música desde inicios de los ‘80.
“Cuando comencé, no pensé que la escena del thrash duraría más de 10 años; de hecho, me alejé de ella por un tiempo para estudiar y desarrollar otra faceta de mi musicalidad, lo que me permitió tocar jazz y música instrumental”, precisó nuestro entrevistado. “Pero luego volví y, de algún modo, todo se sentía mejor que antes, porque había nuevos fans y se apreciaba más una música que, anteriormente, se encontraba prácticamente en la oscuridad”.
“En aquel momento, parecía casi que tocar thrash metal era todo lo que podrías hacer; si hacías cualquier otro tipo de música, incluso heavy rock, no se te consideraba legítimo”, recordó. “Pero eso pasó, más allá de quienes se han quedado estancados en el pasado. Ya no hay nada que demostrar”.
Evoluciones y cuidados
Skolnick siente que el receso resultó esencial en su carrera, porque le dio nuevas ideas y le proporcionó nuevas técnicas. “Quería ver cómo era el mundo fuera de la escena en la que estaba, porque el heavy metal es maravilloso, pero puede ser como una burbuja, con los mismos círculos sociales y musicales”, aseveró. “Fue genial darme cuenta de que podía existir fuera de eso y después volver”.
Por supuesto, sus intenciones actuales se ven favorecidas por el hecho de que se encuentra todavía en gran forma, lo que puede deberse a su falta de interés en las borracheras y el consumo de drogas que resultan tan habituales en artistas de su clase.
“Nunca pude mantener el ritmo. Había mucha fiesta, y casi desde el inicio, empezó a parecerme algo muy superficial y una gran pérdida de tiempo, porque lo único que te traía era resaca al día siguiente”, explicó. “Me gusta tomarme una copa o dos después del concierto, pero he visto a muchos músicos que le dedican demasiadas horas y demasiada energía a la parranda, y nunca tiene sentido”.
De todos modos, incluso con los cuidados necesarios, la vida puede darte sorpresas desagradables, como lo que le pasó a Bobby Blitz con los diferentes problemas que ha atravesado a lo largo de los años o la enfermedad que afectó a Chuck Billy y que, aparentemente, no estaba relacionada a sus hábitos de consumo.
“Sí, creo que no estaba relacionada; hay una probabilidad muy baja de contraer ese tipo de cáncer, y tuvo mala suerte”, retomó Skolnick. “Yo siempre me he mantenido en forma. Siempre he ido al gimnasio, siempre he salido a correr. Y no bebo refrescos ni cocteles. Nunca me verás en un McDonald’s, Burger King o un lugar así”.
Mentes diferentes
En el comunicado de prensa que promueve el concierto de House of Blues, el guitarrista señala que una de las mejores cosas de Metal Allegiance es la idea de unidad que proporciona. Es un concepto interesante, porque no todos los músicos que intervienen en el proyecto comparten las mismas ideas sociales y políticas.
“Hay algunos con puntos de vista muy diferentes a los míos, no tanto en el núcleo de cuatro, pero definitivamente en los grandes shows, cuando traemos a un montón de invitados”, reconoció nuestro interlocutor.
Por ese lado, Blitz, el cantante de Overkill, se ha mostrado siempre como un republicano, mientras que Phil Anselmo, el vocalista de Phil Anselmo que participó en las grabaciones de Metal Allegiance, ha llegado a ser considerado como un supremacista blanco debido a ciertas actitudes suyas, sobre todo la que tuvo durante un concierto en el que levantó el brazo derecho a la usanza nazi.
“Creo que Phil estaba muy borracho y actuando como un idiota, pero cualquiera puede decirte que él no es asi”, lo justificó Skolnick. “Pero sí, Bobby ha salido al frente como republicano, por lo que supongo que está bien mencionarlo. Hay un par más, también. ¿Pero por qué discutir sobre eso cuando hacemos música? No tiene sentido”.
“Me parece que es bueno estar con gente con la que quizá no estemos de acuerdo en todo, pero con la que podemos llevarnos bien y con la que podemos hacer el trabajo”, sentenció. “El resto del país debería ser más así. Se ha vuelto increíblemente divisivo. Nunca hubiera imaginado que esto sucedería en los Estados Unidos”.
Sin simpatía por el que regresa
Sea como sea, el guitarrista ha sido muy abierto con sus ideas políticas y las ha plasmado incluso en extensos artículos de análisis, como el que publicó en el 2021 en New Lines Magazine y el que difundió a fines del 2024 en Substack. Tampoco hay que olvidarse de “Trump Sucks”, la irreverente canción de rap de su autoría que apareció en YouTube hace cuatro años.
“Me divertí mucho al hacerla; fue un gran desahogo”, retomó Skolnick. “Todavía hay gente que me critica por ello, a veces en ‘threats’ aleatorios que no tienen nada que ver con la política, como anuncios sobre un próximo concierto. Pero me resulta gracioso lo que escriben”.
El músico asegura que le parecen particularmente divertidas las bromas que se hacen sobre su pelo, que, como lo sabrá cualquiera que lo haya visto en vivo o en fotografías, ha tenido desde siempre un mechón blanco en la parte media. “Las canas empezaron a aparecer en esa parte cuando era un adolescente, y traté de deshacerme de ellas varias veces”, detalló. “Pero no dejaban de volver y, en lugar de expandirse, se quedaron ahí, lo que hizo que se convirtieran en mi look”.
Se diga lo que se diga, la impresión general en estos días es que la escena del metal se ha inclinado mayormente hacia la derecha, lo que le parece desconcertante a un artista que creció en una época donde sucedía todo lo contrario.
“Siempre se tuvo la sensación de que existía lo que podríamos llamar una sociedad educada, con los padres, los profesores, las iglesias y los políticos, y después estaban las contraculturas”, explicó. “En la generación de Woodstock, estaban los hippies y el rock and roll, por supuesto; y cuando yo estaba creciendo y me metí en el mundo del heavy metal, eso era lo que sentía”.
“Siempre me pareció que el movimiento metal era ‘anti-establishment’ y que iba en contra de estas causas que parecían más de derecha, como ser limpio y no usar malas palabras”, prosiguió. “Sé que algunas personas tratan de culpar a los demócratas por el intento de etiquetar los discos [que se produjo a mediados de los ‘80], debido a que Tipper Gore era parte de la organización; pero la verdad es que ese fue un proyecto hecho mayormente por una coalición republicana”.
Un hombre de mundo
Skolnick parece estar bastante consciente de lo que está pasando no sólo no sólo Estados Unidos, sino también en el resto mundo, porque en su artículo más reciente, mencionó a Claudia Sheinbaum Pardo, la nueva Presidenta de México. No es descabellado pensar que la mayoría de los estadounidenses ignoran completamente quién es ella.
Y es también razonable imaginar que la curiosidad intelectual del músico tiene que ver con su formación académica, porque se graduó de la New School de Nueva York, una institución que anuncia en sus bases el compromiso que tiene “con el pensamiento progresista de justicia social”. Hay que precisar que el thrash metal original provino mayormente de estratos sociales bajos que no tenían un acceso fácil a la educación superior.
Además, Skolnick es hijo de Jerome Skolnick, un reconocido académico que enseñaba en la prestigiosa Universidad de Yale y que, además de ser un hombre extremadamente inteligente, estaba muy interesado en los temas sociales.
“Crecí al lado de dos académicos, porque mi madre también tiene un doctorado de Yale”, retomó el músico. “Estaba rodeado principalmente en casa por gente de la facultad universitaria que era muy capaz. Mi padre daba clase a los mejores alumnos de todo el mundo. Pero, en cierto modo, era muy intimidante. Yo no entendía su campo, porque este se encontraba muy alejado de la cultura popular y de las artes, que era lo que me interesaba”.
“Había presión para ir a la universidad, pero no lo entendía, porque no era necesariamente un buen estudiante y me resultaba difícil estar en un entorno en el que me encerraran en una clase y me dijeran lo que tenía que hacer”, continuó el guitarrista. “Sin embargo, una vez que viajé por el mundo y que empecé a leer por mi cuenta, me sentí realmente educado”.
Skolnick [hijo] decidió finalmente iniciar su formación académica cuando tenía casi 30 años, y se convirtió rápidamente en uno de los mejores alumnos de la universidad ubicada en la Gran Manzana donde todavía vive, pese a que es originario de Berkeley, California. “La razón principal por la que fui a la New School fue su programa de música, pero también tenían grandes estudios de filosofía, actualidad y escritura”, precisó.
Todavía hay esperanza
Tras el debate presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris, nuestro entrevistado demostró su rechazo hacia la hiriente frase “Se están comiendo a los perros, se están comiendo a los gatos” al publicarla en su cuenta de X y hacer comentarios negativos sobre ella. Y es por eso que le sorprende que el representante republicano haya recibido tantos votos de la comunidad inmigrante como los que recibió.
“Pensé mucho en ‘South Park’ durante las elecciones del año pasado”, nos dijo. “Pensé que, si esto pasara en ese show, en ‘Family Guy’ o en ‘The Simpsons’, sería sumamente divertido; el problema es que está sucediendo en la vida real”.
Con todo lo que ha visto y oído, Skolnick siente que es difícil mirar con buenos ojos lo que sucederá con el planeta en el que vivimos; pero se mantiene plenamente optimista en lo que respecta a sus proyectos personales y grupales.
“Estoy entusiasmado con mi nueva música, con los próximos conciertos y con lo que estoy haciendo a través de una organización que ayuda a rescatar gatos, porque me gustan mucho los animales”, afirmó.
La nueva música de la que habla podría o no incluir algo de Metal Allegiance, que no ha sacado material nuevo desde el 2017. “Estamos hablando de la posibilidad de volver a grabar, pero todavía no hemos escrito ni una sola nota”, advirtió. “Testament está mucho más avanzado en ese sentido; tenemos todo un álbum escrito y casi completamente grabado que estará listo en cuestión de meses”.
“Musicalmente, es una gran mezcla; tiene partes que suenan al Testament clásico, pero otras que van en la línea de los últimos discos, donde mis contribuciones tienden a ser no necesariamente progresivas, pero sí musicalmente aventureras”, describió.
El guitarrista se animó a adelantarnos detalles de un tema de su creación que tomará esa línea experimental. “Está basado en una frase en latin, ‘sine qua non’, que significa ‘sin lo cual no’”, explicó. “Pero [el guitarrista rítmico] Eric [Petersen] tiene algunas canciones que son brutalmente rápidas. Y hasta tenemos una canción lenta, de esas que no hemos hecho en mucho tiempo”.
También estará activo a través del trío que lleva su nombre, y que publicará igualmente un nuevo álbum en los próximos meses. “Fui una estrella precoz con el heavy metal, pero florecí tarde en el jazz y los estilos musicales más virtuosos”, señaló. “Quiero recuperar el tiempo perdido. Tengo un montón de música en la cabeza en la que trabajo constantemente”.