La insistencia de Trump en recuperar el control del Canal de Panamá genera malestar y preocupación

Los panameños expresaron este lunes consternación y preocupación luego de que Donald Trump, durante su segunda toma de posesión como presidente de Estados Unidos, insistiera en su intención de retomar el Canal de Panamá. Los barcos de su país no reciben un trato justo, afirmó, y China, su principal rival comercial, supuestamente controla una arteria marítima vital.

En las calles de la capital panameña, algunos creen que probablemente se trate de una estrategia del presidente para presionar a un pequeño aliado en algunos temas.

El presidente José Raúl Mulino respondió una vez más a Trump que la red permanece bajo administración local y, en referencia a China, no hay interferencia extranjera en la red.

El taxista Luis Barrera, de 52 años, dijo a The Associated Press, refiriéndose a los comentarios de Trump: “Honestamente, me siento muy incómodo porque es como cuando eres un adulto y te regala un caramelo un niño pequeño”. “Panamá luchó mucho, desarrolló el canal… Predigo tiempos difíciles”.

Semanas antes de llegar al poder, y pese a que la red no fue objeto de su campaña electoral, Trump sorprendió a los líderes del país centroamericano de más de 4 millones de habitantes al cuestionar una vez más los acuerdos firmados por el entonces presidente del país. Estados Unidos. Jimmy Carter, quien el 31 de diciembre de 1999 preparó el escenario para el control total de Panamá después de 85 años de administración estadounidense.

Antes de su toma de posesión, el líder republicano tampoco descartó el uso de la fuerza para volver a tomar el control de la operación de la autopista, cuyo principal cliente es Estados Unidos. Llegó a un país que sufrió una invasión militar estadounidense a finales de 1989 que derrocó al general Manuel Antonio Noriega.

El canal también es un símbolo de orgullo para los panameños, quienes insisten cada vez más en que su control se ganó después de décadas de luchas y enfrentamientos que han matado a personas que reconstruían la antigua zona del canal.

El 31 de diciembre del año pasado, este país conmemoró el 25 aniversario del traslado, y pocos días después, del asesinato de 21 panameños por parte del ejército estadounidense.

Los enfrentamientos se produjeron en enero de 1964 cuando los estudiantes se negaron a izar la bandera nacional en una escuela de la zona del antiguo canal. Los expertos creen que estos acontecimientos aceleraron la firma de acuerdos.

Un grupo de manifestantes quemó una efigie de Trump el día de la celebración, conocido como Día de los Mártires.

No hubo protestas importantes en Panamá el lunes, aunque Molino y la Legislatura rechazaron casi de inmediato la insistencia de Trump en restaurar el canal. Al mismo tiempo, pareció causar más preocupación entre los ciudadanos.

“Creo que son serios y deberíamos preocuparnos”, dijo a la AP Omaira Avendaño, que trabaja en bienes raíces, sobre los comentarios de Trump. “No tenemos ejército y dijo que incluso usará la fuerza”.

“Lo interesante es que insiste en que el canal lo manejen los chinos”, dijo mientras hacía negocios en la calle del sector bancario de Ciudad de Panamá. “¿Qué sabe él que nosotros no sepamos?”

El gobierno actual y el director del canal, Ricardo Vázquez, han insistido en que China no tiene nada que ver con el canal, ni siquiera un consorcio con sede en Hong Kong que ha operado los puertos en las entradas del Atlántico y el Pacífico desde 1997.

El gobierno del expresidente Laurentino Cortizo extendió la concesión a esa empresa por otros 25 años. E irónicamente, las autoridades actuales han ordenado una auditoría de este consorcio a raíz de las acusaciones de Trump.

“Es un problema geopolítico, es un juego de palabras”, afirmó la profesora Marlene Grimas. “Estados Unidos tiene intereses, no aliados. “Trump está bajo presión”.

Para el técnico informático retirado Eduardo Torres, las afirmaciones de Trump son “falsas y absurdas”. Señaló que “nunca” aceptarían otra operación militar. Pasó su infancia y juventud en el barrio capitalino de El Chorrillo, que fue destruido durante el atentado de 1989.

Avendaño, agente de bienes raíces, dijo que tenía 11 años cuando Estados Unidos invadió Panamá.

“Recuerdo el desastre que fue”, dijo, y agregó que esperaba que Panamá encontrara apoyo de la comunidad internacional contra las afirmaciones de Trump.

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