BRUSELAS – El premio en este atraco de arte es mayor que el oro. Para Rumania, el casco antiguo es un patrimonio cultural invaluable. Para los Países Bajos, se trata de un objeto robado que las autoridades esperan que proteja la reputación de seguridad del museo.
El intrincado casco dorado de Kotofenesti data de hace casi 2.500 años y es uno de los venerados tesoros nacionales de Rumania de la civilización dacia. Estaba expuesto en un pequeño museo en Drents, en el este de Holanda, al final del período de seis meses cuando los ladrones lo confiscaron.
El robo del sombrero y de las tres pulseras de oro también conmocionó al mundo del arte, lo que llevó a las autoridades rumanas a pensar que estaban prestando dinero a un país donde la seguridad de los museos es primordial.
“Es un día oscuro para nosotros”, dijo el director del museo, Harry Tupan.
A última hora del lunes, los investigadores encontraron varias señales de que los ladrones intentaban borrar sus huellas tras un coche incendiado cerca del museo.
El presidente rumano, Klaus Iohannis, dijo que los artefactos tenían “una importancia cultural e histórica excepcional” para el patrimonio y la identidad de Rumania, y que su desaparición tuvo “un fuerte impacto emocional y simbólico en la sociedad”.
El director del Museo Nacional de Historia de Rumanía, Ernest Oberlander-Tarnoveanu, afirmó que se trata de un robo que “ni siquiera en nuestros sueños pesimistas habríamos creído posible”.
El Ministro de Justicia de Rumania, Radu Marinescu, calificó el incidente como “un crimen contra nuestro Estado” y dijo que recuperar los artefactos era “una prioridad absoluta”.
La fama del sombrero y su apariencia dramática significaron que nunca se vendió fácilmente, lo que generó temores de que los ladrones estuvieran detrás del oro.
“Simplemente no se vende. El mundo entero lo sabe. Probablemente buscaron oro (casi no me atrevo a decir las palabras) para fundirlo”, afirmó el experto en arte holandés Arthur Brand.
Esto reduce el tesoro a una fracción de su valor cultural e histórico. El oro vale unos 89.000 dólares el kilo y pesa un poco menos que este sombrero.
“No se trata sólo del oro. Se trata del patrimonio cultural”, dijo Tupan. “Y se toma de una manera extraña y duele terriblemente”.
En un vídeo de alta seguridad publicado por la policía, se ve a tres hombres abriendo la puerta del museo con una palanca, seguido de una explosión. Entonces debieron haber perdido el botín en cuestión de minutos.
“La seguridad, hasta donde sabemos, es absolutamente la que debería ser”, afirmó Tupan. “Y ahora es un campo pequeño. No hay nada que podamos hacer más que sentarnos y esperar y ver qué pasa”.
Kasert y McGrath escriben para The Associated Press. McGrath informó desde Bucarest, Rumania. El periodista de AP Alex Furtula en Arnhem, Países Bajos, contribuyó a este informe.