En el último partido del técnico interino Lee Carsley en Wembley el domingo, Inglaterra llegó a la cima de la Liga de las Naciones con una goleada de 5-0 a Irlanda en Wembley.
Después de una mitad tensa, el penalti de Harry Kane, el tiro libre de Anthony Gordon y el gol de Conor Gallagher en el espacio de cinco minutos al comienzo de la segunda mitad rompieron la determinación de Irlanda.
LEA TAMBIÉN: Zielinski de Polonia defiende foto de Ronaldo tras derrota de Portugal
Jarrod Bowen puso el 4-0 con un disparo certero desde el borde del área, su primer toque desde que salió del banquillo, antes de que el debutante Taylor Harwood-Bellis cabeceara el quinto de Inglaterra.
Irlanda jugó casi toda la segunda mitad con 10 hombres después de que Liam Scales fuera expulsado por una entrada a Jude Bellingham, lo que resultó en la penalización de Inglaterra.
Inglaterra encabeza el Grupo B2 con 15 puntos en seis partidos, los mismos que Grecia, pero con la mayor diferencia de goles en los dos partidos entre los dos países.
Carsley ahora entregará las riendas a Thomas Tuchel, que ha ganado cinco de sus seis partidos y tiene algunos consejos útiles para el alemán, que se hará cargo en enero.
Si bien no fue una sorpresa ver a Kane en el marcador con el gol número 69 de Inglaterra, los otros cuatro goleadores de Inglaterra anotaron sus primeros goles internacionales.
Carsley también hizo debutar a los defensas del Newcastle United Tino Livramento y Lewis Hall, mientras que Harwood-Bellis del Southampton celebró su debut con un gol.
Inglaterra no le dio a la gran multitud del domingo por la noche nada de qué entusiasmarse en una aburrida primera mitad en la que ninguno de los equipos logró un solo disparo a portería.
Pero cuando el brillante pase de Kane encontró a Jude Bellingham en el área y mientras intentaba cortar dentro de Scales, el defensa del Celtic lo hizo tropezar para ganar un penalti y ganarse una segunda tarjeta amarilla, Kane despejó el penalti.
Entonces Irlanda fue destruida. Gordon duplicó la ventaja de los locales con un cabezazo y Gallagher cabeceó desde un córner.
Bowen y Harwood-Bellis pusieron la guinda del pastel.