México ha tendido la mano a algunos países que envían migrantes a Estados Unidos por las deportaciones masivas que Donald Trump podría comenzar después de asumir el cargo el próximo mes.
Sin dar más detalles, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, dijo en su habitual conferencia matutina que el canciller Juan Ramón de la Fuente está conversando con algunos países, especialmente de Centroamérica, cuyos residentes suelen cruzar México para llegar a Estados Unidos. . “Siempre estaremos cerca de América Latina”, añadió.
En octubre del año pasado, México sostuvo una reunión con los jefes de Estado y representantes de gobierno de 10 países de América Latina y el Caribe para determinar medidas en materia migratoria.
El mandatario indicó que la prioridad de su gobierno será convocar a los mexicanos que han sido deportados, y reiteró su llamado a Estados Unidos para “repatriarlos a los distintos países de origen”.
Sheinbaum anunció a principios de este mes que espera llegar a un acuerdo con la administración Trump para que Estados Unidos pueda enviar de regreso a sus países de origen a inmigrantes no mexicanos, como Joe Biden.
El gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) acordó el año pasado con Washington aceptar hasta 30.000 cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos repatriados al mes, luego de que Biden derogó una norma que limitaba los requisitos para recibir asilo y se hizo más difícil de cumplir. aceptar. .
De manera similar, la administración Biden firmó en octubre de 2023 un acuerdo con el gobierno de Nicolás Maduro para repatriar a Venezuela, que Caracas suspendió este año luego de que Washington decidiera mantener algunas sanciones económicas contra Venezuela.
A su vez, México llegó a un acuerdo con el gobierno de Maduro para repatriar a cientos de personas desde Venezuela, ofreciéndoles incluso 110 dólares al mes y trabajo durante seis meses para incentivarlos a regresar a su país. Se desconoce si se ha realizado el pago del incentivo. El gobierno mexicano también ha deportado a cubanos a La Habana.
La inmigración ha sido durante mucho tiempo un tema delicado entre Estados Unidos y México, y se ha vuelto aún más urgente después de que Trump amenazó con imponer aranceles del 25% a los productos mexicanos a menos que el país haga más para frenar el flujo de migrantes y drogas.
En noviembre, Trump afirmó que Scheinbaum había “acordado poner fin a la inmigración a través de México” después de una llamada telefónica entre los dos líderes. Scheinbaum, por su parte, sugirió que México ya está haciendo su trabajo y no está interesado en cerrar sus fronteras.