La selección brasileña empató con Uruguay en un partido poco efectivo
20 de noviembre
2024
– 00:12
(actualizado a las 00:13)
SALVADOR – Brasil y Uruguay se enfrentaron el martes, en la noche 19 de los campeones del mundo. En la Arena Fonte Nova, la fase final de la Copa América de 1983, los dos equipos empataron 1-1 en otro emocionante partido para el aún no identificado equipo de Dorival.
La selección brasileña tuvo un buen comienzo, utilizando un equipo uruguayo que fue muy respetuoso con el mando en el campo y no intentó sacar a Brasil de su zona de confort. Brasil tuvo más posesión del balón y estuvo más cerca de la portería durante la mayor parte del partido. Sin embargo, volvió a sufrir la falta de eficacia de su trío de ataque: Savinho, Igor Jesus y Vinicius Junior.
El Brasil de Dorival aún no existe como idea. El entrenador todavía depende de la oportunidad o del desempeño individual de los hombres que tiene delante. Y cuando estos jugadores no son inspiradores, como esta noche, no pasa nada.
Dorival, en su sexto partido a cargo de Brasil en las eliminatorias, aún tiene que encontrar la manera de lograr que sus jugadores clave hagan lo que hacen en sus clubes.
No hay Neymar en la plantilla porque el jugador aún no está en condiciones de ser convocado, pero como dijo recientemente el ex entrenador Wanderlei Luxemburgo en un programa de televisión, “Brasil debe rezar para que Neymar regrese”, aunque tenga 32 años y poder para entregar mucho menos que él en el campo.
El resultado del partido no afecta la clasificación de Brasil para el Mundial de 2026, aunque al final de la ronda Brasil perdió un lugar, pero con esta selección se pierde el sueño del sexto lugar. Los 41.511 aficionados que acudieron a la Arena Fonte Nova para abuchear al equipo de Dorival tras el pitido final quizá hayan tenido la misma idea.
1-1 es un resultado normal para el tamaño de dos equipos, pero a juzgar por el año, Brasil cerró el año en vano con el desastroso comportamiento de la CBF, que Ancelotti esperó durante mucho tiempo. lejos de la mirada de un entrenador neutral y de jugadores sin ADN para vestir la camiseta de la selección nacional.