El pontífice dio espacio a sus recuerdos del deporte en el libro “Esperanza”, que se publicará el martes.
El amor del Papa Francisco por el fútbol no es ningún secreto. Y afición pontificia también por San Lorenzo. Por eso, es natural que en su biografía, Jorge Mario Bergoglio -nombre real del Papa- dedique un buen espacio a los recuerdos relacionados con el mundo del deporte. Y así se presentará al público el libro “Esperanza”, cuya publicación está prevista para el martes (14/1). Hay muchas historias sobre la trayectoria de Jorge desde la infancia hasta el cónclave que confirmó su elección para un papel noble en la Iglesia Católica. De esta manera, recorre cuestiones familiares, sus raíces italianas, reflexiones sobre la vida y, por supuesto, el mundo del fútbol, que siempre le ha fascinado.
En el libro, el Papa -nacido el 17/12/1936 en Buenos Aires, Argentina- admite que jugó mal y que el balón no estaba hecho para él. El diario portugués A Bola publicó extractos en los que Francisco admite que tiene “dos pies izquierdos” y que su falta de habilidad le ha valido el apodo común de los malos jugadores: “pata Dura”. Además, dice que solía ser portero y le gustaba comparar los balones con las oportunidades de la vida: cuando llegan, hay que aprovecharlas. Pero, según él, lo más importante era hacer feliz a la gente con el fútbol.
El libro recuerda al primer Pibe de Oro
Jorge Mario también menciona a Omar Sívori, quien fue un gran futbolista y curiosamente antes de Maradona lo apodaban El Pibe de Oro (el chico de oro). Antes de viajar a Europa, Sivor fue campeón con el equipo de River Plate. Tenía el mismo apellido que la madre de Jorge, Sívori, y por eso la familia creía que todos tenían sangre heroica en las venas: parientes, aunque fueran lejanos. Pero el corazón del pequeño Jorge latía por otro equipo: San Lorenzo, en cuyo estadio el Viejo Gasologa unía a sus hinchas. En 2014, segundo Pibe de Oro, Maradona obsequió al Papa una camiseta argentina con el nombre del pontífice. Y ese momento quedó grabado en la historia.
En el libro, el pontífice dice que el fútbol era romántico en aquella época. Así, las peores palabras fueron “vendidas” o “desacreditadas”. Nadie elevó el tono por encima de este nivel. Además, destaca el delicioso recuerdo tras el partido. Después de todo, a pesar del marcador en el estadio, la siguiente parada fue irresistible: pizza al horno de piedra al vapor con salsa picante.
El Club San Lorenzo guarda en su colección el recuerdo del carnet de socio de un hincha especial: Jorge Mario Bergoglio, quien luego se convertiría en el Papa Francisco.
El Papa comentó el impacto de la tragedia de Turín
Pero los momentos difíciles también forman parte de la memoria. Así, recuerda la destrucción del estadio donde jugaba San Lorenzo en el barrio de Boedo en 1979 por orden de la dictadura militar. Y habla con tristeza del accidente aéreo que mató a la selección de Turín el 4 de mayo de 1949. El avión se estrelló contra la Basílica de Superga en Turín en un día de niebla. Murieron 31 personas, entre ellas 18 jugadores y 5 miembros del cuerpo técnico. Medio millón de personas asistieron al funeral de los deportistas. Y esta noticia causó gran conmoción y ansiedad en todo el mundo.
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